sábado, 19 de junio de 2010

Nanna.

La inocente fumarola, vuela llergue
cada minuto a semblantes tiernos,
me pierdo dicha del cielo muerto.

La osa de la noche, la estela nebular
con estrellas de sangre verde azul
dormitando a la niña feliz.

Fuma, fuma los cigarrillos blancos
sin filtro, sin sabor a gracia ni
motivos a los seres del tiempos.

Efecto, tras cada nota de intriga
color y aroma, anestesia fluye
con las esencias del polen.

Los ojos con mariposas, el mundo
se llena de gusanos alados y colores,
esquizofrenia, terrible perdida.

No esta a la puerta sensible
sus gratos amores de bestia loca
sintiendo a cada paso el extasis.

Apenas es el sonido de la yerba.

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