Un tulipán blanco florece de mis entrañas, mientras siento que los muertos me hacen cosquilla vi pasar mi espectro.
Una lágrima purpura muestra sus desgracias en un rostro pútrido y una lombriz se arrastra en las curvas de una guitarra destrozada con vagas notas y palabras vanas de un músico de medio dinar.
Sangre negra se mezcla con lluvia y tierra, podrida el alma, agusanados los labios, la piel y los huesos, lirio crudo en tu conciencia, malditas palabras en luna fresca donde bailan mariposas como hienas.
Carroña y grajos muertos será tu existencia, lengua que blasfema saliva de azufre descubriendo entre pus, humus y hedor, los discurso de un mísero traidor.
Mi espectro, juez y testigo, entre legión de cadáveres y espíritus muertos, campo de infiernos inciertos, rasgan con rabia y alaridos los huesos de un violín funesto…
Tenue sonrisa de mi silencio, verte condenado a sentir la lepra eterna de tu cuerpo, lamento que tu carne sea hiel y ajenjo, tan amargo que los gusanos abandonaron casi todas tus carnes, menos el orgullo que llevas en medio…y entonces…
Despierto en una tierra llena de tumbas y espectros decadentes muertos, Coño, no era sueño… es solo el reflejo de tu puto y desgraciado espejo.
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